Junio 2011 (Sociotopía).- El mes de Mayo en el complejo e iracundo inconsciente imaginario sucrense, viene a ser el empiezo de una tradición histórico-publicitaria, recontada en las multiformas "Apologías de la libertad". De ese glorioso mayo de 1809, solo nos queda el gran recuerdo libertario, que se engalana año tras año, con una sensación de la larga tragedia sanguínea.
El imperante sanguíneo, como hilacha corroída y extendida en los toscos devenires históricos, -"Sangre española, corre en mis venas, cantar bailar darse un besito…"-. No obstante la libertad es lo que más se ha encarcelado y oprimido en esa efímera sensación de títulos: democracia, legalidad y justicia, que hábilmente puede blanquear la cronología en un recuento de los daños.
Y aquí estamos repensando los mayos y desmayos, involucrando la autocrítica como forma dócil para volver al momento pensante, y aunque sin pretenderlo seguro también malpensante.
No es una palabra simplemente, no es un título, no es un recuerdo. La libertad camina siempre en las reflexiones de los oprimidos, la libertad es el contrario directo de la esclavitud, de la opresión emulada hacía nuestras modernidades. Y no se puede oprimir a nombre de la Libertad, sería falacia conceptual. Un pecado inalienable que todo hombre en su naturaleza humana detestaría.
Por tanto bajando del plano ideal, mucho más que sueño decorado; La libertad debe de asentarse bajo formas cotidianas, materializadas en la difícil condición de vida, que apresta ha un urgente cuestionamiento sobre nuestros esquemas mentales, sociales y lanzar una mirada horizontal para volver a la realidad que oprime.
Sobre mayo y los trágicos recuerdos racistas, que atávicos y exentos del sentido racional, conquista nuestra atención esta necesidad de volver a repensar el pasado inmediato con el fin mismo de no volver a equivocarse nunca más.
Que se abra la tertulia.
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