viernes, 11 de agosto de 2017

LAS DOS DECISIONES MÁS IMPORTANTES

Flia Flores-Martinez
A minutos de concretar la segunda decisión más importante, recuerdo a un profesor de filosofía del Colegio Nacional de Pichincha, quién en cierta ocasión nos reflexionó sobre las dos decisiones más importantes que debemos tomar en nuestras vidas nos decía: La primera “¿De qué vamos a vivir?” y la segunda “¿con quién vamos a vivir?”, esas frases a modo de preguntas me persiguieron por el largo tiempo de mis constantes reflexiones, no sólo por lo insidioso y certero de lo que sugiere sino por la vitalidad en la cual se encierra  ambas frases.

El profesor explicaba que en cierto momento de nuestra vidas, tomaremos la primera decisión que es elegir el oficio, profesión, con la cual podamos mantenernos económicamente, encontrando en ella la satisfacción y virtud de hacer lo que a uno le guste, que en una decisión certera de vocaciones y habilidades elijamos lo que en verdad nos  hará sentir realizados, tanto así que en la mañana muy de madrugada nos inquietemos por despertar temprano y vayamos felices hacía nuestra fuente de trabajo a cumplir a entregarnos plenamente a la actividad que realizamos a amar nuestro trabajo, nuestras herramientas de trabajo y a con ello mejorar el mundo.

La segunda pregunta ¿Con quién vamos a vivir?, hacía referencia a la persona que elegimos pasar el resto de nuestras vidas, la persona con la que decidamos formar una familia, formar un hogar, compartir los mismos sueño, objetivos, criar a los hijos, hacerse responsable de que nada les falte, de protegerlos siempre, de garantizar su felicidad en toda la extensión de la palabra, de concluir la jornada laboral y desesperarse por volver al hogar, a la familia, a recibir el calor extenuado de los seres que te acompañaran por el largo trayecto de tu vida.

No siempre se toma las mejores decisiones, a veces uno después de concluir sus estudios se da cuenta que la carrera u oficio que estudio no es la correcta, no tiene las suficientes habilidades, o por ciertas formas algo reprimidas no ha logrado del todo decidir por sí mismo. El tiempo da pasos largos no se recupera el tiempo perdido, la sociedad es tan dinámica que, dentro de su estructura social, van acomodando en función de las contradicciones económicas y de clase.

De igual forma, hoy más que nunca el poder formar una familia hasta pareciera un acto estoico un acto revolucionario, la cantidad de divorcios, de ruptura familiares, de feminicidios, de cientos de hombres que están detención en varias cárceles de nuestro estado por no cumplir con los pagos de pensiones por los hijos, o como en cierta ocasión un sacerdote paceño acusaba a personas que no tenían un vínculo matrimonial como “desplazados por la vida”.

En la semana en algún artículo en la prensa nacional, recuerdo haber leído que gran parte de la felicidad, éxito, o fracaso depende casi en un 90% de la persona que te acompañe, en cierta forma eso determinará los humores, frustraciones, alegrías, y todo el cúmulo con el cual se pueda desenvolver y desarrollar socialmente, por eso indicaba la importancia de elegir bien, de no tomar decisiones apresuradas, ni tampoco quedarse en el tiempo de los libertinajes y excesos, sino poder tener la consciencia precisa para tomar dicha decisión.

Es necesario hacer lo que uno le gusta, esforzarse, sacrificarse, y disfrutar lo que a uno le gusta, descubrir las habilidades, destrezas, conocimientos por los cuales han sido facultados, y sólo así, una persona hará bien su trabajo, de lo contrario acabará haciendo lo que no le gusta hacer o hará lo que a otro le guste.


A pesar de tales decisiones la vida siempre tiene sus entramados, sus grises, que puedan abrirse a ese abanico de posibilidades, de cualquier forma, ambas decisiones en definitiva marcaran el destino de cada persona y en lo que me respecta al concluir éste artículo estoy en los minutos necesarios para concretar la segunda decisión más importante de mi vida.

Sucre, 09 de agosto de 2017
hrs: 17:45

Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 34/ Publicado en el Periódico el "Libertador" 

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