viernes, 8 de julio de 2011

Sucre Capital de la Intolerancia

Por: Wim Kamerbeek Romero*

Definirse como "Ciudad Culta" para Sucre sólo es una añoranza, así como lo de Capital de Bolivia y lo de Ciudad Blanca. Esto se refleja en muchos de los ciudadanos y en la decadencia que existe en la ciudad. Por eso, no es de sorprenderse que en cada discusión política salga a relucir el racismo e intolerancia. Tan típico de algunos sucrenses.
Es injusto catalogar a todos los sucrenses como racistas. Pero también sería injusto negar que hay muchos sucrenses que sienten cierto orgullo por haber peleado en La Calancha, o por la agresión a los campesinos en mayo del 2008.
Y es injusto decir que en Sucre hay más racismo que en cualquier ciudad de Bolivia. Pero existen elementos interesantes para discutir.
Es necesario aclarar que el racismo, intolerancia y clasismo en Sucre no son fenómenos recientes, lo que es reciente es el carácter de integrador social de estos elementos. O sea, el ser "buena onda" significa odiar a todo aquel que demuestre simpatía por el MAS o por alguna ideología indigenista. Sí, a ese le llegan piedras, insultos y puñetes.
Las cosas andan mal cuando el sentido de pertenencia a determinado grupo social o identidad cultural está relacionado al racismo y a la intolerancia. Explico: que ser sucrense signifique ser "Oligarca y qué" y que por eso se odie a los "indios", al MAS y/o a los potosinos, está mal.
Manifestar frustración, enojo, desesperación, etc. traducida en racismo o intolerancia sería más entendible (pero jamás aceptable), porque el sujeto a cargo de la manifestación tendría más razones para hacerlo. Aplicando el caso a Sucre, no entendemos cuáles serían las razones para cualquier joven entre 15-35 años, en hacer semejantes manifestaciones.
Hay que referirse particularmente a este grupo en Sucre porque son ellos los responsables directos de cualquier manifestación de racismo e intolerancia, al ser un grupo bastante manejable por grupos con intereses políticos. Ya sea algún ex-Alcalde destituido por el actual gobierno.
Este grupo tan dócil y carente de ideas, son los mismos que son hijos de familias alguna vez aristocráticas (pero con la mentalidad, hasta hoy, de pre burgueses), y los miembros de sus grupos (wannabes) y aquellos que quieren al mismo tiempo imitar a estos dos sub grupos, formando sus propios grupos.
Pues Sucre tampoco se salva del complejo de inferioridad boliviano. Mientras más occidentalizados, más "buena onda" somos. "Huevón".
Pero el racismo va así. Hace 15 años, los cargos más importantes eran ocupados por señores provenientes (de nuevo) de estas familias antiguamente aristocráticas y sus amigos (quizás no tan aristócratas pero blancoides, siempre con algún apellido "conocido"). Cuando sus aspiraciones se vieron limitadas por el orgullo de no dejarse mandar por un "t´ara", empezaron los comentarios racistas. En esos momentos, sus hijos jugaban Tenis en el Parque Bolívar y eran amiguitos de otros blancoides y obviamente, al escuchar estos comentarios en casa, lo comentaban entre ellos.
En el colegio eran compañeros de los wannabes, éstos fueron asimilando las ideas y por el miedo a perder la aceptación en el grupo tuvieron que irse acostumbrando de a poco. En casa los padres miraban impotentes a las bestias que el colegio había estado formando. Todos los "changos" fueron creciendo, le ponían nombre a sus grupos y solo "chupaban" entre ellos. Más tarde, "jodían" con "chotas", un signo de superioridad. O sea, todas las chotas jodían con ellos porque ellos eran jóvenes clase-medieros blancoides que se mezclaban entre la crema de la sociedad sucrense ( O tendré que decir el "cocko de pollo" de la sociedad sucrense?).
Entonces, el racismo y la intolerancia determinan la pertenencia a la burbuja arriba mencionada. El rechazo a lo indígena o al gobierno está bastante implícito.Pero saben realmente estos sucrenses quién es el enemigo?
Es que existe una confusión entre campesino y masista. El campesino es automáticamente masista y el masista es automáticamente campesino. Y esto es aún peor, porque hablamos de discriminación y de racismo al mismo tiempo, lo que hace el clima en Sucre doblemente intolerante. Queda por determinar si el escenario de 2008 fue un ataque motivado por una cuestión de racismo o de discriminación, y si es que acaso no saltan a la vista rasgos de etnocentrismo cuando hablamos de la discriminación en cuanto a la relación Sucre - La Paz o Sucre - Potosí.
Pero fuera de cualquier comentario intelectualoide, existe una tendencia en esta clase de eventos, como el de mayo de 2008, donde los miembros pertenecientes al grupo opresor eligen una vía de "olvido" o de búsqueda de otros culpables. Así como en el Apartheid, los blancos sudafricanos tienden a decir q no son ellos los culpables sino un grupo más reducido (y hoy en dia, son los blancos los que se quejan de que cualquiera puede trabajar o ser parte del gobierno), en Sucre se dice que habían "infiltrados" de la Unión Juvenil Cruceñista, o que eran los "trotskos" o "potosinos".
Es cierto, no existe punto de comparación entre ambos hechos pero está demostrado que "nos lavamos las manos" y que nadie toma responsabilidad por lo ocurrido en Sucre.
Ahora, ha estado surgiendo un nuevo fenómeno en Sucre. El sucrense wannabe-intelectual. Aquel que con unas cervezas habla de política y su pobre análisis (siempre) en contra de un gobierno con representación indigena. Imaginemos que se multiplicó por 100 y el resultado fue un partido político. Lo curioso es que son un montón de amigos intelectualoides que añoran que su Bolivia sea Francia, sin indígenas y con movimientos anti-inmigrantes, donde supuestamente no hay proletarios y la clase media es fuerte, con muchos beneficios.
Curioso, porque publican artículos en una revista hecha por ellos mismos. Desprecian al gobierno y los campesinos-masistas por ser racistas con ellos, los "citadinos". Pero al mismo tiempo, la cúpula del partido tiene mucho que ver con movimientos neonazis en La Paz y en Chile.** Eso se llama combatir racismo con racismo.
Están también aquellos que ya viven fuera de Sucre, en Santa Cruz por ejemplo. Siempre fieles a su cabeza pre-burguesa, son aún los aristócratas y deben buscar movimientos que todavía mantengan de alguna forma su status. Se unen a movimientos Neonazis en Santa Cruz, o imitaciones a "la boliviana" de Ku Klux Klan o cosas parecidas.
En fin, si la reflexión es un poco más profunda, todos estos fenómenos son producto del partido al que odiamos, el MAS. El surgimiento de un partido donde la reivindicación de una clase oprimida hasta hace poco frente a grupos que durante mucho tiempo gobernaron, genera incomodidad en sectores que se ven desplazados (o su trabajo amenazado) por una nueva burguesía y como rechazo a esto, se crean grupos cerrados para protegerse frente a la amenaza. Se algunos grupos elitistas con nombres medio raros y el acceso, por ser tan exclusivo, se vuelve atractivo para cualquier wannabe. Y de nuevo, hay que ser racista y/o intolerante para pertenecer al grupo.
Si el MAS nunca habría formado parte del gobierno, si Evo Morales seguiría trabajando en el Chapare, si García Linera vivía lejos de Bolivia, habría surgido cualquiera de estos fenómenos? O es el racismo en Sucre algo intrínseco y pudo haber "salido" en cualquier momento?
O al final, le damos la razón a Zavaleta:
"Lo señorial es también un cierto sentimiento plebeyo en Bolivia, por cuanto la última partícula de sangre blanca permitirá siempre al último hombre sentirse más decente y viable que el último indio, o sea que servirá para que, en la autoconcepción rutinaria, nadie se sienta oprimido o se sienta sólo relativamente oprimido"
Lo que también se quiere es mostrar el rechazo de parte de la clase media para con el "oficialismo". Por la confusión arriba mostrada, la clase media sucrense no aceptaría formar parte del MAS porque no querrán ser vistos como campesinos. Ni como los enemigos de la clase media occidentalizada sucrense.
* Estudiante de la carrera de Ciencia Política en la UCB - La Paz.

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