Hace días atrás, falleció la niña Luz
Abigail Choque, producto de una serie de lesiones provocadas por los golpes que
le propinaron su padre y madrastra. El martes por la madrugada falleció también
el padre, José Luis Choque, -de alguna forma paso por el mismo sufrimiento de
su hija- tras recibir una golpiza en el
penal de San Pedro en La Paz. El hecho
fue muy dramático, consterno en sumo a toda la población, después del caso del bebé
Alexander éste es el caso que nuevamente retoma el debate sobre la integridad y
cuidado de los bebes, niños, adolescentes quienes se encuentran en una etapa
muy vulnerada de su vida, expuestos a todo tipo de violencia que en el peor de
los casos puede acabar con sus vidas.
En junio pasado, aquí en Sucre, tuvimos que
lamentar –dolidos y acongojados- la muerte trágica del niño Miguel, que fue
atropellado por un vehículo por las calles céntricas de la ciudad. Durante toda
la gestión fuimos lamentando de manera impotente varios casos de violaciones,
asesinatos, agresiones físicas, psicológicos, explotación laboral infantil, y
todo tipo de abusos que se comenten, las víctimas los niños indefensos.
Los casos suman y siguen dando
preocupación. Si bien el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
mediante su representanten Sunah Kim, destacó el avance que realizó el gobierno boliviano, en reformas
legales, tanto sea para salud, educación alimentación etc., todo esto no ha
resuelto elproblema que sigue latente, como es los hechos de violencia y
delitos como violaciones e infanticidio.
El vicepresidente Álvaro García Linera,
dentro de las modificaciones al Código Penal, sugirió se incluya la cadena
perpetua para aquellas personas que victimen a niños, al igual que esas
propuestas, también se escucha en redes sociales y medios locales endurecer
penas o en el peor de los casos pena de muerte, como algunas voces extremistas
indican.
El problema de fondo tiene varias aristas,
el tema jurídico y de reforma de penas, es una parte, que partir de la sanción
escarmentadora, generar conciencia en la población, para que no se vuelva a
cometer tales delitos, pero es sólo una parte. Entendemos que existe una
sociedad que consume mucha violencia, que sufre desigualdades económicas,
sociales, que por lo general las familias humildes tienden a tener más hijos y
las familias disfuncionales que también ponen en riesgo al desarrollo de los
infantes, etc.
Se ha demostrado que no es suficiente el
avance normativo, o de endurecer penas, sino que se necesita otras políticas,
programas, proyectos, preventivas que principalmente mejoren la calidad de vida
de los niños, que identifique y alarme riesgos de violencia oportunas, para que
tome acciones inmediatas, y se pueda salvar la vida de inocentes.
Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 01/ Publicado en el Periódico "El Libertador"
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