
Recordemos que históricamente nuestro suelo y subsuelo ha sido fuente de nuestra magra riqueza y sostén como estado o grupo social, de la explotación se vivió en la colonia y la era republicana no dejó ese rasgo en su formación económica, conviene por ello cuestionar el actual modelo de extracción de recursos que
sigue así como desde hace cinco siglos.
Los minerales como la tierra resultan un problema difícil para las administraciones gubernamentales,
por su arraigo sindical y organización como fuerza social tanto campesinos como mineros han realizado grandes luchas en todo nuestro recorrido histórico, si su esfuerzo se hubiese acompañado de una planificación de la producción, del uso adecuado de los excedentes y regalías, o impuestos que se pueden obtener más allá de una simple extracción, de una industrialización, se atisbaría que es posible la influencia positiva del Estado; industrias estatales con nuestros recursos y nuestros excedentes para proyectos no
sólo para las regiones productoras sino que beneficien en su totalidad a los bolivianos.
Las instituciones de fomento a este tipo de actividades parecen recibir la salud según el sector esté en boga su explotación; así para la COMIBOL existió una época dorada que según el vendaval de los precios
internacionales decayó hasta los albores de la década de los noventa pasados. Ahora es YPFB quien se beneficia de la preferencia pues el mercado internacional del gas está sostenido por las exportaciones a Brasil y Argentina. Volviendo a los minerales desde el 2006 han subido nuevamente las cotizaciones
del estaño, y en Bolivia el petróleo y los minerales ocupan casi dos tercios del total de exportaciones actuales. Ocupa entones a las instituciones hacerse más fuertes, y que el Estado apoye tal fortalecimiento
con prácticas institucionales para evitar susceptibilidades como los casos de corrupción y malversación de fondos.
También dejemos como cierto que funcionarios estatales o de empresas que se benefician de la extracción de recursos tienen que adquirir mayor capacidad ejecutiva, pero ello no significa que sus salarios se inflen, como el ego de un globo que es la economía capitalista, que pronto se infla y luego se desinfla. De acuerdo a sus progresos y frutos habrá que premiarles, no antes de que hayan conseguido dejar inmaculada
la vieja práctica de dejar que los recursos se vayan de Bolivia sin antes aprovecharlos y refinarlos para la gran industria internacional .Estemos convencidos de que los frutos y beneficios de exportaciones, regalías, e impuestos directos, tienen que tener su efecto en un aumento de la dinámica económica interna en Bolivia, que sea notoria esa gran producción estatal, no solo a los efectos de bonos sociales o solidarios con los
sectores más endebles de nuestra sociedad como son los niños, embarazadas o ancianos, sino que instituciones educativas del nivel básico al superior brinden proyectos prometedores, becas o se amplíen la cobertura de los servicios de salud, que nuestros recursos humanos sean productivos tanto
como la tierra, los cerros o el interior del suelo.
Para que los frutos sean bastos tiene que exigirse pues un mayor control sobre las imposiciones y tributos de las diferentes producciones, esta exigencia se dirige sobre todo aquellos sectores productivos de
los que se extraen recursos en cantidades elevadas y a cambio recibe el estado o sus empresas minucias, tómese como ejemplo el caso de los cooperativistas que sólo aportan como impuesto el 1% de su producción total.
Nuestro departamento se beneficia con la explotación del gas y nuestra universidad recibe parte del IDH, nuestra región demuestra un repunte productivo o un aletargamiento económico, es visible una política de distribución e inversión de los recursos percibidos o se manifiesta en cambio un desierto de ideas acerca de
cómo distribuir y en qué sectores se debe hacer énfasis la inversión. Si ampliamos la vista a un nivel más amplio como el nacional el panorama sigue el mismo camino o se ha emprendido definitivamente una política
nacional de productividad en todos los sectores económicos.
SOCIOTOPIA intenta aportar con entusiasmo al debate sobre estos tópicos de economía y administración de recursos, esta es una cuestión que se debe ampliar en su espectro a los grupos de jóvenes que constituyen nuestro principal público, universitarios que tendrán pronto la capacidad para administrar los recursos estatales, y esta juventud debe informarse e informar sobre lo que a su futuro concierne.
Así pues que se abra la tertulia!
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