Hace unos días atrás se dio una senda
discusión en uno de los muchos grupos trillados y caóticos de whatsapp, dónde
se germino un interesante debate entre periodistas, comunicadores y autoridades
regionales que integran el grupo “EMIREC”,
de la carrera de Comunicación Social, los cuales a modo de defensa de un meme,
entraron en un complejo y sinuoso acercamiento empírico sobre la aceptación o
no de un “Meme” como elemento periodístico.
Las posiciones eran manifiestas, por un
lado un grupo defendió bajo ciertos argumentos la posibilidad de que los que
ejercen el oficio del periodismo, utilicen memes para informar sobre algunos
hechos noticiosos y esta deba de ser considerada un elemento informativo, una
nueva forma de realizar la práctica periodística.
Y por otro
el vació existente entre la teoría y la realidad o la práctica, entre la
falta de conceptos suficientes que puedan de manera científica explicar con
argumentos técnicos la aceptación de un
“Meme” como elemento periodístico, en tanto tenga muchas más características desfavorables
tales como la naturaleza misma de los memes, su desregulación, su condición burlesca,
grotesca, de exaltación de algunos defectos, el anonimato, o la carga racial,
cultural o de cualquier otra índole por la cual se la emplea y tiene como
objetivo común -más que informar- denigrar a una persona, grupo o un objeto
identificado como blanco de crítica.
En ese contexto y en principio reconocer
que las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC), y sus
canales de difusión masiva van a pasos
agigantados, saltando y surtiendo todas las teorías y paradigmas de la
comunicación dadas por nuestros teóricos de la comunicología, de los
científicos de la comunicación y de cualquier otro atrevimiento contemporáneo,
de explicar ésta enredadera de los grupos de whatsapp, Facebook, Twitter, y sus
variables en los soportes de audio, video, texto, imágenes, documentos en Word
y Pdf, que fácilmente son manipulables y dispuestos o expuestos en tiempo real
ante un auditorio tan complejo y dinámico como son las redes sociales.
Está nueva forma de comunicación hace tan
versátil y acelera los tiempos colectivos, los tiempos que fácilmente pueden
crear turbulentos noticiosos o revoloteos afectivos, emocionales o de excesiva
racionalidad.
Por ahí un primer andamiaje empírico sobre
el abordaje del Meme, en un contexto determinado como es el nuestro, pero ahí
salta también que no sólo la teoría no alcanza a explicar algunos sucesos
comunicacionales como es las redes sociales y sus múltiples formas, sino
también que el tema regulativo, el tema normativo, o el escaso avance legal,
que se tiene, al respecto, en tanto que no se comprenda hasta cuando una
publicación, un meme, puede ser considerada un “elemento periodístico”.
Si bien, entramos en una cuestión más
técnica al identificar el meme como un elemento gráfico que tiene una carga de
información o comunicación (dependiendo el fin), de la que se compone de fotos,
textos, dibujos o diversos dibujos cortados y editados, en las que suele haber
firmas o no del autor, un canal identificado o la circulación anónima en redes
sociales, y en su tránsito puede sufrir múltiples modificaciones llegando a
distorsionar parcial o totalmente.
Por una parte reconocer la fuente, es una
cuestión que avanza y la firma o datos que hacen reconocible de la autoría de
un meme o de otro. Solemos ver a menudo una cantidad de memes anónimos que
surten las redes sociales, pero con un poco más de observación se puede
identificar canales ya definidos (sean cuentas personales, páginas de Facebook,
twitter), que hace indiscutible sobre el origen o creador del meme, por otro
lado en el mismo sentido, hay ya varios que tienen estampadas ciertas firmas,
(logos, nombres, organizaciones, íconos claves, etc.), que de igual forma
identifican a su creador.
Ahora bien, algunos periódicos, en su
versión física o digital incluyen o incorporan en las páginas de opinión en
muchos casos reemplazando al humor gráfico, memes en las que además están las
firmas del autor, ya el estilo característico de su creador. Lo que hace que
cierto meme dependiendo de la fuente o canal sea creíble o serio.
Pero hablando en términos periodísticos y
tratando de clasificar dentro de algún género periodístico, podríamos
referirnos en principio que muchos memes, tienen una carga informativa y otros
de opinión, de una valoración subjetiva y personal de un hecho que el autor del
meme pretende expresar su satisfacción o rechazo, bajo estas características, y
de igual forma algunos memes, también tratan de interpretar hacerla más
didáctica, o despojar de los elementos noticiosos a su mínima expresión para
que el público pueda entender un hecho noticioso de manera más fácil.
Si vamos por los géneros un meme podría
acomodarse fácilmente, entre los géneros
de opinión e interpretación
(siguiendo las corrientes clásicas del
periodismo), y bajo algunos requisitos entre los géneros de información.
Tendría que cumplir muchos requisitos para
ser un género de información, tal vez entre ellos, que tenga autoría, que pretenda en lo posible responder a las
preguntas elementales “qué, quién, cómo, cuándo, dónde” y a la vez tenga como
características pertinencia, actualidad, objetividad, etc.
Pero por los pocos datos que expresa, y más
la carga subjetiva, podríamos considerar que aún no cuenta elementos para ser
un género periodístico como tal, sino que podría ser un subgénero aún en
construcción y dependiendo los fines, y objetivos, subgénero de opinión.
Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 03/ Publicado en el Periódico "El Libertador"
Sociotopia 03/ Publicado en el Periódico "El Libertador"
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