viernes, 28 de julio de 2017

¿LOS MEMES UN ELEMENTO PERIODÍSTICO?

Hace unos días atrás se dio una senda discusión en uno de los muchos grupos trillados y caóticos de whatsapp, dónde se germino un interesante debate entre periodistas, comunicadores y autoridades regionales que integran el grupo  “EMIREC”, de la carrera de Comunicación Social, los cuales a modo de defensa de un meme, entraron en un complejo y sinuoso acercamiento empírico sobre la aceptación o no de un “Meme” como elemento periodístico.

Las posiciones eran manifiestas, por un lado un grupo defendió bajo ciertos argumentos la posibilidad de que los que ejercen el oficio del periodismo, utilicen memes para informar sobre algunos hechos noticiosos y esta deba de ser considerada un elemento informativo, una nueva forma de realizar la práctica periodística.

Y por otro  el vació existente entre la teoría y la realidad o la práctica, entre la falta de conceptos suficientes que puedan de manera científica explicar con argumentos técnicos la  aceptación de un “Meme” como elemento periodístico, en tanto tenga muchas más características desfavorables tales como la naturaleza misma de los memes,  su desregulación, su condición burlesca, grotesca, de exaltación de algunos defectos, el anonimato, o la carga racial, cultural o de cualquier otra índole por la cual se la emplea y tiene como objetivo común -más que informar- denigrar a una persona, grupo o un objeto identificado como blanco de crítica.

En ese contexto y en principio reconocer que las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (NTIC), y sus canales de difusión  masiva van a pasos agigantados, saltando y surtiendo todas las teorías y paradigmas de la comunicación dadas por nuestros teóricos de la comunicología, de los científicos de la comunicación y de cualquier otro atrevimiento contemporáneo, de explicar ésta enredadera de los grupos de whatsapp, Facebook, Twitter, y sus variables en los soportes de audio, video, texto, imágenes, documentos en Word y Pdf, que fácilmente son manipulables y dispuestos o expuestos en tiempo real ante un auditorio tan complejo y dinámico como son las redes sociales.

Está nueva forma de comunicación hace tan versátil y acelera los tiempos colectivos, los tiempos que fácilmente pueden crear turbulentos noticiosos o revoloteos afectivos, emocionales o de excesiva racionalidad.

Por ahí un primer andamiaje empírico sobre el abordaje del Meme, en un contexto determinado como es el nuestro, pero ahí salta también que no sólo la teoría no alcanza a explicar algunos sucesos comunicacionales como es las redes sociales y sus múltiples formas, sino también que el tema regulativo, el tema normativo, o el escaso avance legal, que se tiene, al respecto, en tanto que no se comprenda hasta cuando una publicación, un meme, puede ser considerada un “elemento periodístico”.

Si bien, entramos en una cuestión más técnica al identificar el meme como un elemento gráfico que tiene una carga de información o comunicación (dependiendo el fin), de la que se compone de fotos, textos, dibujos o diversos dibujos cortados y editados, en las que suele haber firmas o no del autor, un canal identificado o la circulación anónima en redes sociales, y en su tránsito puede sufrir múltiples modificaciones llegando a distorsionar parcial o totalmente.

Por una parte reconocer la fuente, es una cuestión que avanza y la firma o datos que hacen reconocible de la autoría de un meme o de otro. Solemos ver a menudo una cantidad de memes anónimos que surten las redes sociales, pero con un poco más de observación se puede identificar canales ya definidos (sean cuentas personales, páginas de Facebook, twitter), que hace indiscutible sobre el origen o creador del meme, por otro lado en el mismo sentido, hay ya varios que tienen estampadas ciertas firmas, (logos, nombres, organizaciones, íconos claves, etc.), que de igual forma identifican a su creador.

Ahora bien, algunos periódicos, en su versión física o digital incluyen o incorporan en las páginas de opinión en muchos casos reemplazando al humor gráfico, memes en las que además están las firmas del autor, ya el estilo característico de su creador. Lo que hace que cierto meme dependiendo de la fuente o canal sea creíble o serio.

Pero hablando en términos periodísticos y tratando de clasificar dentro de algún género periodístico, podríamos referirnos en principio que muchos memes, tienen una carga informativa y otros de opinión, de una valoración subjetiva y personal de un hecho que el autor del meme pretende expresar su satisfacción o rechazo, bajo estas características, y de igual forma algunos memes, también tratan de interpretar hacerla más didáctica, o despojar de los elementos noticiosos a su mínima expresión para que el público pueda entender un hecho noticioso de manera más fácil.

Si vamos por los géneros un meme podría acomodarse fácilmente,  entre los géneros de opinión  e interpretación (siguiendo  las corrientes clásicas del periodismo), y bajo algunos requisitos entre los géneros de información.

Tendría que cumplir muchos requisitos para ser un género de información, tal vez entre ellos, que tenga autoría,  que pretenda en lo posible responder a las preguntas elementales “qué, quién, cómo, cuándo, dónde” y a la vez tenga como características pertinencia, actualidad, objetividad, etc.
Pero por los pocos datos que expresa, y más la carga subjetiva, podríamos considerar que aún no cuenta elementos para ser un género periodístico como tal, sino que podría ser un subgénero aún en construcción y dependiendo los fines, y objetivos, subgénero de opinión.


Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 03/ Publicado en el Periódico "El Libertador"

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