Estábamos ahí, Fercho C. Ale, Beymar, Marco y yo, tras
cancelarse la presentación del libro Nro 52 del Ministerio de Trabajo “Marcelo
Quiroga Santa Cruz”, (dónde además tenía que comentar un camarada nuestro Enrique
Cortez) nos fuimos (como plan B), a la presentación del libro “Rebelión en la Venas”
de autor James Dunkerley, dentro de las actividades del Segundo Congreso boliviano
de estudiantes de Historia organizada por el centro de Estudiantes de la
carrera de Historia de la Universidad San Francisco Xavier (USFX), el Archivo y
Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), la y el Centro de Investigaciones
Sociales (CIS) dependiente de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional.
Salimos frustrados
con sabor a poco, esperamos más, tal vez a Ricardo Aguilar le falto conocer de
marxismo quién se presentó como encargado de contenidos de la Biblioteca del
Bicentenario de Bolivia (BBB), e hizo de introducción en la presentación del libro
de “Rebelión en la venas”, no tuvo el tino suficiente como para explicar el
marxismo o las contradicciones de clase que se daban en ese periodo post revolución
nacional, pasando por las dictaduras y concluyendo en la apertura a la
democracia (1952-1982), muchos de sus comentarios eran cliches seudo marxistas.
Como para
rematar un insalubre evento pálidamente maquillado de marxismo, nos fuimos a
festejar el cumpleaños de nuestro Cda. Fercho., no siempre frecuentamos o peor
visitamos lugares vinculados a las elites burguesas y aristocráticas de Sucre pero
nos fuimos por un concierto y por la hora feliz con el combo al Bibliocafe Concert,
un boliche que queda en la calle Nicolas Ortiz, por suerte no sólo para gringos
sino también para criollos como nosotros, pedimos dos jarras mientras exhibía mis
nuevas adquisiciones de libros que compre rato antes en la librería del ABNB, (incluido
el de Dunkerley que estaba a 50 bs.).
Fercho,
comentaba sobre la ineludible reflexión que le provoco la Comuna de Paris y los
constantes análisis de Marx, quién a pesar de tomar como cierto ejemplo de toma
de poder de la clase obrera, era muy crítico al cómo se desarrolló las acciones
en ese París que perdió el horizonte por no tener un programa o una dirección
que el tiempo lo puedan convertir en un estado socialista decía “Marx les
puteaba, decía como es que toman el poder sin tener las cosas en claro”.
Recordamos también
la revolución Francesa, y la firmeza de sus cuadros dirigentes aunque algo
tráfico la muerte de Maximilien Robespierre, quién disciplinado y hombre
incorruptible, que tenía por así decirlo una autoridad moral, para mandar a ejecutar
a todo traidor o corrupto, el mismo murió como había dictado la severidad y
dureza de sus decisiones, murió también ejecutado.
Recordamos como
también murió el inventor de la guillotina que entonces era un artefacto
sofisticado y muy utilizado en las ejecuciones de las plazas públicas. Joseph
Ignace Guillotin quién por paradójica que parezca la historia murió también en
la guillotina o guilliotinado.
Yo sin querer
encontré un párrafo interesante del libro me pareció gracioso compartirlo, lo
encontré en el libro la “Vida Social en
el Coloniaje” de Gustavo Adolfo Otero, sobre la palabra “Cholo”, se los leí
textual en voz alta “Se llama cholo como hace notar Garcilazo de la Vega, en
forma despectiva proveniente del término ‘Cholo’ con que Guatemala en los
primeros días de la conquista se designaba a los perros lanudos, feos y sucios”. Los españoles nos asemejaban como “Perros lanudos feos y sucios”, algo así
como un perro chapa y callejero, reímos un poco.´(Continuara…)
Por: Fernando Flores Zuleta
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