Por: Fernando Flores Zuleta
Hace años atrás el grupo capitalino
Maldita
Jakeka, saco a luz un tema estridente e incisivo por su contenido y
título, Nada Cambia Todo Cumbia, hoy años después tal parece que la
letra se acomoda de manera armónica a la realidad Universitaria. Tras recordar
el pasado 25 de julio los 87 años de la Autonomía Universitaria en Bolivia y un
escenario dónde los estudiantes han perdido el horizonte u olvidado las grandes
luchas por la conquista de los derechos, hoy podríamos decir lo mismo, Nada
cambia Todo Cumbia.
No tanto por el
contexto del tema que salió el 2005, sino por la jocosidad o forma
contraproducente de referirse a los que detentan el poder, y la cierta inercia
de quienes eligen a sus Centros de Estudiantes y Federación Universitaria Local
(FUL).
El día que se
recordaba el ejecutivo de la FUL, Sergio Vargas justificaba la falta de
coordinación o cierta extrañeza al ser consultado sobre la fecha, indicaba que
la Autonomía
Universitaria se había degenerado o distorsionado, explicaba que gran
parte de ésta se perdió de sus principales fines. La Autonomía en otros tiempos
era la consolidación de un gobierno universitario Autónomo de la intromisión de
la Iglesia y el Estado en temas que corresponden a la producción científica
como umbral del desarrollo social y al servicio de las clases explotadas o
sociedad en conjunto.
También el mismo
día se escuchó en radios locales, algunas críticas hacía la Autonomía
Universitaria porque
supuestamente ahora sería utilizada para encubrir ciertos delitos de
malos manejos económicos, pésimas administraciones o por la cual varios
estudiantes se han perpetuado en el poder, dejando a un lado sus estudios de
profesionalización, siendo más rentable ser dirigente universitario que ser
profesional.
Y no dejan de
llegar las críticas, el comunicador Alfonso Gumucio el 05.10.2016 en el diario Página
Siete, hizo un artículo titulado: Universidad
rima con mediocridad decía “La universidad está desconectada de las
políticas públicas, no investiga, no produce conocimiento, no está presente en
el ámbito internacional, no destaca más que por las luchas intestinas que la
desgastan”.
Lo peor es que
parece que Nada cambia ni vistos
siquiera, la toma de poder o las luchas internas que se dan desde los Centros
de Estudiantes y otros escenarios de poder, son actos de Todo Cumbia, de fiesta, excesos, de adormecimiento o alienación, no
en general pero si de una gran mayoría de estudiantes que son corrompidos por
esas fastuosas y rimbombantes festines, que en los profundo los retraen de los
principales objetivos al cual incumbe su vida académica.
La democracia
estudiantil está tan devaluada, que son un espacio de camarillas y roscas
anquilosadas, de los mismos personajes, de las mismas personas, y no sería tan
grave si no fueran los propios estudiantes que se han malacostumbrado a evaluar
la candidatura de un frente en función a las fiestas que realiza, o de los
regalos que les puede dar en tiempo de campaña, no hay séquito de conciencia de
reflexionar en sus problemas cotidianos de las necesidades estudiantiles, de
los objetivos planteados por la liberación e independencia a partir del
conocimiento.
Los estudiantes
que pretenden tomar un Centro de Estudiantes, tienen que buscar padrinos quien
les financie sus campañas y que en el fondo también pueda generar cierta
armonía con grupos de poder, ya no existe autonomía como tal, la autonomía es
endilgada a los grupos de poder que puedan corromper o comprar consciencias.
Parte de la
canción dice “Nos quejamos que la plata nos falta, pero para chupar siempre nos
alcanza”, y según un documento público la FUL está realizando marchas por más
presupuesto, lo extraño es que hace meses se realizó la entrada universitaria dónde
al parecer alcanzó sin problema. Realmente hace falta una Reforma
Universitaria.
Sociotopia 32/ Publicado en el Periódico "El Libertador"
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