martes, 8 de agosto de 2017

LA BALLENA AZUL UNA EXPLICACIÓN SOCIOLÓGICA

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En una cálida tertulia con amigos de fin de semana, nos pusimos a discutir sociológicamente sobre lo que representa el bullado y peligroso juego de “la Ballena Azul”. Las diferentes posiciones ahondaron una discusión que empezó con la incógnita,  ¿el juego de la ballena azul es un problema social o tecnológico?, ahí llegaron los argumentos que a continuación los comparto.

Si bien la tecnología y en particular las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), han logrado modificar, por completo nuestras conductas y relaciones sociales; y a partir de las redes sociales, se han dado nuevos escenarios de sociabilización, por tanto nuevas tribus urbanas, que con una fluidez y adaptación constante, van generando gran riesgo, dando nuevos y variados delitos y conflictos a nuestros tiempos.

Por otra parte la tecnología nos ofrece esos soportes electrónicos por los cuales se dan todas aquellas plataformas virtuales que son las redes sociales. Ahí nacen dos críticas, la de forma: conexión al internet, rapidez o lentitud de algunas páginas, aplicaciones, o de la misma cobertura y la crítica de fondo: los contenidos que se trafican mediante sus canales y redes.

Por decir, si el Juego fuera un problema tecnológico de “forma” tranquilamente se resolvería eliminando la conexión a internet, ahí deslindamos todo tipo de interacción riesgosa, o por el contrario si fuera de fondo se procedería mediante el gobierno, quién fije filtros, o un agudo rastrillaje virtual en busca de palabras claves o redes de patrones sospechosos, que logren identificar las fuentes de estos tutores en línea de la Ballena Azul.

En si el juego no es una aplicación, que se pueda descargar, si no es un método, es una forma de conectar un sujeto con su verdugo, que en base a estudios previos el “tutor en línea” hace el análisis psicosocial de su víctima para poder lograr ventaja de sus vulnerabilidades afectivo-sentimentales.

Cuando vi por primera vez, las fotos, de la ballena lacerados en los brazos de adolescentes, pensé de inmediato en los “EMOS”, dije “esto es otra etapa o características de la generación Zombi”. El autoflagelo que llega al suicidio, no es un problema sólo tecnológico, sino un problema profundamente social.

Muchos padres, atemorizados por los problemas sociales de trata y tráfico, dónde a menudo se escucha que son raptadas, niños, jóvenes, adolescentes, por el temor que representa estar en las calles, logran suponiendo que protegen a sus hijos, dejarlos en casa con una buena conexión a internet, tv cable, celulares, etc., siendo muchas veces más riesgoso.

Las características de nuestra época y mediante la emancipación de la mujer sobre la conquista de sus derechos, se ven más familias disfuncionales, familias uniparentales, siendo más conflictivo la crianza de los hijos, otra variable de los niños que crecen acogidos por las TIC, desahuciados de sus lazos familiares.

La ballena azul, centra sus objetivos en estos adolescentes, y jóvenes, que son más asequibles a hacer lo que un extraño les puede encomendar, son como bien decía el autor del juego, una representación de joven que ha perdido sentido en la vida, que no encuentra más posibilidades de subsistencia de “limpiar la sociedad”, Como si las personas fueran algún tipo de “basura social”.

No obstante, luego de varios criterios y contra criterios, a manera de conclusión llegamos que es importante desarrollar programas, políticas, actividades, que en el fondo propicien más las relaciones sociales interpersonales  con valores y principios, contra los deslindes de excesivo individualismo.

Mientras los sujetos más se alejen de una convivencia real, con problemas propios, serán más vulnerables a una relación virtual. Las redes sociales también son calles y callejones en los que uno puede encontrarse con más de una sorpresa o susto. 

Sucre, 11 de mayo de 2017

Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 21/ Publicado en el Periódico el "Libertador" 

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