SEMBLANZA A ROGER MONTOYA

Periodista Roger Claudio Montoya Casanova 

No tuve la fortuna de conocerlo de manera física, no fue mi amigo, alguna vez tuve la gracia de verlo caminar, cubriendo algunas notas judiciales, de salud y policiales, sosteniendo su reportera, el celular corporativo y los audífonos bien puestos, mientras hablaba con su entrevistado con una convicción plena, con esa alegría que sólo disfrutan las personas que les gusta hacer su trabajo.

El martes por la mañana en algunos grupos de whatsapp anunciaban el deceso del periodista Roger Montoya Casanova, día antes, mientras Marco Daza del programa “El Condimento de la Tarde” en radio Antena 2.000, pedía oraciones por su colega que se había internado de emergencia realizado algunas diálisis y se encontraba en terapia intensiva. Todo parecía incierto.

Fue muy triste recibir la noticia, la magia de la radio hace que puedas conocer a las personas, más de lo que tal vez puedas conocerlas físicamente, el timbre de voz semironco, la palabra precisa, las pausas, el sigilo, el tino y las habilidades comunicacionales le daban un sentido particular e inconfundible en casi todas sus intervenciones (a pesar de tener otro colega con el mismo nombre).

Cauto, pero a la vez, avezado con la búsqueda de la información, de la noticia en profundidad, el genio de la duda fecunda, que inquietaba a rebuscar parte y contraparte, de las formas de entrar en un hilo comunicacional que no dejaba dudas, que con el solo hecho de proyectar la palabra o la pregunta iluminaba y resolvía ese haz de conjeturas.

Lo escuchaba por las mañanas, cubriendo las fuentes que le correspondía, su forma particular de abordar los temas, era demasiado diplomático, no se extendía en entrampados, era lo más ecuánime posible, un periodista que se debía a su audiencia, en el fondo guardaba una profunda convicción social, era la voz de los que no tenían voz.

Los fines de semana, como que descansando, seguía trabajando, su programa “Sólo Recuerdos”, era un contacto cercano con una generación que tal vez perteneció a nuestros padres, esa sensibilidad de la introducción o comentario, al momento de proyectar cada canción, con las que a más de palpar seguro sus propios recuerdos, exportaba todo ese conjunto de notas que se armonizaban en su diario vivir.

Durante estos días, salieron muchos reconocimientos y recuerdos, mucha gente agradecida, dolor y demasiada incredulidad, su director de la Radio, Hilton Taboada lo recordaba por el seudónimo de “Tigre”, no sólo porque fuera hincha del club The Strongest, sino porque su mismo espíritu era audaz, se franqueaba cualquier reto con tal de conseguir la información que le solicitaban, “Tigre en toda la extensión de la palabra”, decía Taboada.

Recordaban también el amor que le tiene a su herramienta de trabajo, su teléfono corporativo, que en si era lo que más le sostenía en la vida, y parafraseando un comentario del cantautor comunista Víctor Jara, diría que Montoya existió porque existe el amor, porque es fundamental y vital la relación del hombre con el instrumento de trabajo, es la esencia de la razón del periodista, así puedan pasar los climas más adversos, las condiciones contrarias, los obstáculos del cuerpo y de la sociedad y ese fuego cruzado que siempre se está por el mismo hecho de ser periodista, en el fondo también generan múltiples y diversas formas de aceptación o rechazo

Dicen que Montoya, a pesar de las recomendaciones, sugerencias, con respecto a su salud, el prefirió estar en primera línea, en la vanguardia, en son de la defensa de la libertad de expresión y prensa, seguir con la palabra urgente, con la información necesaria. Un saludo querido Roger, nos comentan que te llevaste el celular corporativo, contigo, esa herramienta de trabajo que tanto amaste. 

Sucre, 03 de agosto de 2017

Por: Fernando Flores Zuleta
Sociotopia 33/ Publicado en el Periódico el "Libertador"